Creencia de insuficiencia, un reto hacia el cambio de visión

Algunas veces me ha tocado conocer personas que están desesperadas y llenas de dudas. Han tenido tantas experiencias decepcionantes que han confirmado que no son suficientes para este mundo.
En la conversación con estas personas he llegado a escuchar muchas auto-devaluaciones. Las frases más usadas son “No puedo”, “No es posible para mí”, “¿Qué hice mal?” etc.
Mi interpretación ante este comportamiento es que han olvidado que “son suficientes”.
“Ser suficiente” significa que estamos mentalmente equipados para vivir vidas satisfactorias siempre que lo queramos. Nacemos con esta habilidad y nadie nos la puede robar ni destruir, pero podemos olvidar que existe. Este olvido puede ser resultado de una socialización en nuestra familia o en los sistemas sociales en los que nos desenvolvemos entre los 2 y 14 años.
Cuando sentimos el amor de nuestros padres sólo si nos comportamos bien, cuando nos enseñan que somos responsables de su mal humor por nuestro mal comportamiento y nos enseñan a portarnos bien en la escuela para que el maestro no se enoje, y la lista sigue y sigue. Entonces empezamos a creer que sólo somos suficientes para el mundo cuando otros nos lo confirman.Y como adultos no encontramos demasiado de esta confirmación y raras veces es explícita.
Algunas veces los retos que se presentan en la vida son muy grandes y creemos que fallaremos. Esta es una gran oportunidad para olvidar nuestra suficiencia por un rato.
Cuando yo le recuerdo a estas personas que sí son suficientes sin importar que suceda, normalmente reaccionan sorprendidos y dicen “¡No te lo creo!” y comienzan a darme una larga lista de razones por las cuáles estoy equivocado.
¿Cómo podemos aprender a no estar en duda al respecto?
¿Cómo podemos aprender que no es una cuestión de creencia?
¿Cómo podemos recordar lo que de hecho ya sabemos?
¿Cómo podemos confiar en ello?
Es un gran reto, particularmente en un momento de crisis. Normalmente usamos las crisis como confirmaciones de que no somos suficiente. “Ser suficiente” no es un seguro que nos evite los momentos críticos. Puede ser un seguro que nos permita distinguir entre las cosas de las que sí somos responsables y de las que no. Nos permite pedir ayuda y apoyo. Cuando estamos en el estado de “Soy suficiente” tenemos todos nuestros recursos a la mano. La posibilidad de tener un buen futuro es grande.
Tenemos que aprender que todos los seres humanos somos mentalmente autónomos. No podemos hacer que los otros se sientan de una u otra manera. No podemos hacer que otros tomen decisiones equivocadas. No podemos hacer que alguien haga algo. Y este es el mito más grande en nuestro mundo social y lo aprendimos en nuestras familias, pero no podemos ser responsables del bienestar de otros.
Y la manera de reconfirmarnos esto es recordar que somos suficientes. Y podemos entrenarlos.
Hagamos un experimento. Toma una respiración profunda y repitete a ti mismo “Soy suficiente”
¿Qué sucede? ¿Hay dudas? ¿Te sientes triste o desesperado? ¿No te la crees? ¿Lo sabes?
Cualquier cosa que suceda, está bien. El primer paso es ser bondadoso y paciente con uno mismo. A veces es un gran reto apagar el interruptor.
Puedes usar la frase como una especie de mantra. “Soy suficiente” “¡Soy suficiente!” “Soy suficiente incluso aunque aún no me lo crea” y poco a poco encontrar herramientas que nos ayuden a mantenernos en este estado.
Un aspecto importante es saber que no podemos prevenir ninguna crisis y que no somos responsables de todo lo que sucede a nuestro alrededor. Contribuimos a este mundo. Esa es nuestra responsabilidad. Y el mundo reacciona. Esa reacción no está en nuestras manos y no es nuestra responsabilidad.
Eres suficiente. Te guste o no. =)